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The Walking Dead, por fin una adaptación que ilusiona

Una vez emitido el segundo capítulo de The Walking Dead, considero que es el momento idóneo para inaugurar este modesto blog realizando una pequeña valoración de lo que nos puede deparar esta adaptación a lo largo de los próximos meses. Si el piloto ya prometió bastante la semana pasada en su estreno mundial (a España nos ha llegado a través de FOX con el respectivo retraso que conlleva su doblaje), este nuevo episodio confirma que nos encontramos ante una historia de zombis que posiblemente reúna todos los requisitos que millones de fans llevábamos años demandando. Y es que las decepciones han sido muchas y se podrían mencionar tantos ejemplos que se acabaría gestando un tema completamente distinto que fácilmente podríamos desarrollar en otra ocasión.


Una adaptación a la altura

El capítulo de la semana pasada dejó muy buen sabor de boca. La principal razón es que consigue plasmar la esencia de la novela gráfica de Kirkman respetando la historia original, algo que aunque parece sencillo muy pocos lo han logrado a la hora de reflejar narraciones de zombis procedentes de libros, cómics o videojuegos. La última versión del clásico de la literatura de Richard Matheson, Soy leyenda, o la nefasta adaptación de Resident Evil son claros ejemplos que no necesitan ni explicación. No se trata de representar la novela gráfica de manera literal aunque directores como Zack Sneyder con 300 y Watchmen o Robert Rodriguez con Sin City hayan demostrado que esta fórmula funciona a la perfección en la gran pantalla. Al tratarse de una serie televisiva otros factores cobran protagonismo, como la necesidad de enganchar al espectador o de profundizar en unos personajes en constante evolución. Ya hemos podido comprobar que la historia cambia ligeramente respecto a la original a pesar de que mantiene su línea argumental intacta, provocando que no sepamos con exactitud qué es lo que va a ocurrir y conservando de este modo la intriga. 


Rick Grames consigue entrar sin problemas en la puerta que reza el ya célebre “Don´t open, Dead inside” encontrándose una buena fiesta de muertos vivientes en su interior, algo imposible en la versión televisiva debido a que aparece cerrada con cadenas, aunque obviamente tampoco exista la necesidad de abrirla. Otro muerto viviente que aparece tras una verja y que el protagonista reconoce como antiguo compañero nefasto acaba siendo fulminado por el policía al considerar que jamás le podría alcanzar, mientras que en el cómic es un simple vecino que es perdonado para no gastar munición. Pequeños cambios que se adaptan mejor al formato audiovisual pero que respetan los cimientos de la historia, por lo menos en lo emitido hasta el momento.
                                                    
La otra gran razón de este buen augurio es la constante evocación a las míticas historias de muertos vivientes aparecidas en todos los formatos. En el momento en que el primer zombi que nos presenta Frank Darabont se trata de una inocente niñita rubia es inevitable presagiar que la influencia romeriana nos va a acompañar durante mucho tiempo, en un claro guiño a su opera prima La noche de los muertos vivientes, donde una menor de idénticas características acababa devorando a su preocupadísima madre. Que el protagonista sea policía ya es algo que ni sorprende, pero nos gusta, y es que a personajes como Leon Kennedy se les coge cariño fácilmente por tantos buenos momentos que nos han hecho pasar a lo largo de nuestra infancia. 


Una vez en casa del típico amigo negro, cae la noche y los vecinos campan a sus anchas alrededor de la vivienda. Aunque es otra imagen muy frecuente no hay que olvidar que la más arquetípica aparece en el libro Soy leyenda, de donde se dice que Romero encontró la inspiración. El zombi que aparece arrastrándose como pobre diablo recuerda sutilmente a los que nos acechaban a dos manos en los primeros Resident Evil de PSX, sobre todo a los clásicos de laboratorio que no se cansaban de perseguirnos tras recibir un escopetazo mutilatorio. Y el primer entrenamiento de cómo acabar con un caminante confundido es muy similar a los que pudimos asistir en las cómicas Shaun of the Dead o incluso Zombieland.


El ritmo de la narración es muy bueno y ayuda mucho la increíble suerte de su protagonista, el cual llega incluso a encontrarse un caballo abandonado en medio de tanta tragedia (en el cómic por lo menos está bien encerrado). Pero el policía, que acaba montando al equino como si lo conociera de toda la vida, debido a un descuido acaba rodeado de zombis y subido en un enorme tanque que casualmente estaba por ahí abandonado. Su efímera mascota sirve de almuerzo al instante y lo que me pregunto es cómo pudo sobrevivir la criatura tanto tiempo perdida por la ciudad. Aun así, lo destacable sería esa maravillosa imagen del tanque rodeado de cientos de muertos  vivientes idéntica a la que pudimos asistir todos aquellos que fuimos capaces de sobrevivir junto a Frank West durante siete días en un centro comercial infestado de zombis en el mítico Dead Rising de Xbox 360.


Si el primer capítulo nos ofreció bastantes más detalles de los mencionados, el segundo no se ha quedado corto. Los primeros planos del grupo de supervivientes que se encuentran en el bosque y tanto verde de fondo con gente muerta de hambre puede hacer pensar a más de uno que ha sintonizado un capítulo de Lost, algo que no me agrada demasiado. Rápidamente se soluciona al ver que el amigo del protagonista copula con la mujer de éste en sus ratos libres, detalle que posiblemente sea el más prometedor de momento en el desarrollo de la trama. 


Más adelante nos presentan al resto de supervivientes en la ciudad, donde uno de ellos libra de una muerte segura al bueno de Rick. Encontrar un grupo de personajes, de diferentes extractos sociales, dándolo todo y trabajando en equipo me hace recordar a ese experimento de Capcom llamado Resident Evil Outbreack que suponía un paréntesis en la trama y se centraba en un colectivo obligado a cooperar para salvar el pellejo. Por cierto, el más malote de la serie de momento, que se ha quedado abandonado, atado de unas esposas y encerrado en una azotea (mejor imposible) me recuerda muchísimo a Francis, uno de los protagonistas del shooter de muertos vivientes Left for Dead, que también salió en exclusiva para Xbox 360, pero eso ya son cosas mías. Además, su hobby no es otro que volarle la cabeza a los caminantes que peor le caen con un rifle de francotirador, al igual que hacían como forma de diversión los supervivientes de la película Zombi (título que recibió Dawn of the Dead en España y que generó bastantes problemas y confusiones), secuela de Romero en la que se atrevió a criticar algún que otro problema de la sociedad como en consumismo imperante de la época.



Los paralelismos con otros cómics de muertos vivientes también se pueden apreciar, por ejemplo, cuando Rick y su salvador oriental deciden rociarse con vísceras de zombis y hacerse pasar por ellos como lo hacían a diario los protagonistas de Living with a Dead, otra novela gráfica de tres números que alcanzó bastante éxito en EEUU. El último detalle que me ha llamado la atención es el furgón que utilizan para rescatar al resto del grupo, idéntico tanto en el color como en las inscripciones al que utiliza Carlito, antagonista del mencionado Dead Rising, para complicarnos la vida en más de una ocasión o a los que utilizábamos en el parquin para atropellar a cientos de zombis sin ningún tipo de compasión y lograr así el famoso logro de “Exterminazombis”.


Algún apunte curioso

Al recordar el momentazo del parquin de Dead Rising me vienen a la cabeza una serie de puntualizaciones curiosas para concluir esta entrada. La pregunta que le puede surgir a cualquier fan es por qué no se dedica a llevarse por delante a los dichosos zombis como hacía Frank West. No digo que se dedique a eso para pasar el rato, pero curiosamente no atropella a ninguno a lo largo del episodio. Otro punto curioso (y quizás exagerado) es el modo de contagiarse de tan peligroso virus. Poder convertirte en uno de ellos con el simple contacto de la sangre es excesivo. Y además priva del placer de sentir en tus carnes la hemoglobina podrida que el muerto viviente emana al ser golpeado con un hacha, katana o sierra eléctrica.

Y por último, una inquietante duda acerca de la naturaleza del monstruo: su fisionomía y velocidad. En el primer capítulo se les veía bastante torpones y lentos, fieles al arquetipo de Romero de lo que debe ser un zombi y alejado de esa visión tan extrema del caminante ultrarrápido que hemos visto en películas como el remake de Snyder de Dawn of the Dead (de la que el bueno de George no titubeó un instante al afirmar en una conferencia de que eso no eran zombis). Pero en este segundo episodio se les ha visto bastante más rapiditos, e incluso alguno que otro se ha atrevido con un pequeño sprint que hace dudar cuáles serán las capacidades físicas con las que contarán nuestros cadáveres andantes a lo largo de tan esperada adaptación. Lo que sí que está claro es que esta serie tiene muchas papeletas para convertirse en la narración definitiva del subgénero, ya que reúne todos los ingredientes necesarios para hacer felices a todos los aficionados del zombi que llevaban años esperando una alegría. 



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2 comentarios:

  1. muy buena!!! creo que los fanaticos de los zombies estasmos de acuerdo en aquellos momentos que nos recuerda la serie a diferentes juegos, películas y personajes!! espero que no nos defraude

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